Nos pillaron echando un gichi-gichi. El sol estaba cayendo y hacía mucho calor. Los pájaros pequeños se derretían en sus nidos. Y allí estábamos nosotros en mitad de todo aquello. Tú te encendiste un cigarro, yo me bebí una cerveza. Aparté a un lado los restos de los bocadillos y de la ensalada mientras tú te sacudías la ropa. Una lágrima de semen se deslizó por mi mejilla. Y allí estaban ellos. Mirándonos con expresión de asombro.
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